sábado, 9 de junio de 2012

EL APOCALIPSIS CIENTIFICO


Cuando leemos los periódicos y revista, y miramos los pronósticos científicos sobre el futuro del planeta tierra, sentimos que estamos entrando a la era apocalíptica que nos relata la biblia en Mateo capitulo 24. Tal parece que el pesimismo se ha adueñado de los científicos que estudian a fondo el cambio climático que esta sufriendo el planeta tierra.
            Hemos leído en este diario y en los informes de expertos en la materia que a partir del año 2020 nos enfrentaremos en Honduras a una terrible escases de agua. Además se estima que en este tiempo la escases de los derivados del petróleo alcanzara su situación más negativa al dejar de tenerse un recurso no renovable y en proceso de extinción. Por otro lado, el efecto invernadero y las continuas explosiones solares anuncian el aumento de la temperatura hasta de 8 grados en los próximos años, por lo que muchos desfallecerán del calor que se avecina, el cual vendrá acompañado de inundaciones y sequías. Además está la amenaza de que los polos helados de los glaciares se derretirán y sumergiran bajo las aguas a muchas ciudades situadas en los márgenes del mar, como Ámsterdam,y algunas que existen bajo el nivel del mar. Los pronósticos científicos al respecto son alarmantes.
            Es evidente que estamos en una etapa de descontrol climático el cual altera las estaciones del año, por lo que mientras en una parte del planeta hay una terrible sequía, en otra aparecen lluvias torrenciales que lo inundan todo. Actualmente vemos como la temperatura de muchas ciudades han sufrido un serio cambio. Por ejemplo, ciudades como Siguatepeque y Tegucigalpa, que gozaban de un clima frío en invierno, ahora están sufriendo el azote de un calor nunca visto, y su temperatura promedio esta sobre 3 y 4 grado de lo normal en el pasado.
En muchos países la escases de agua se hace notoria, y aunque puede haber agua suficiente en el subsuelo, la contaminación de la misma obliga a que se tenga que comprar en botella, por lo que en algunos países, como en España, es más cara una botella de agua, que un refrescos de soda. Estamos a la puerta de una crisis ecológica que posiblemente genere violencia y hambre a nivel mundial.
            Y que decir de la energía. Es inevitable que se busquen alternativas a la necesidad imperiosa de la electricidad, la cual mueve todo nuestro mundo. Y cada vez es más escasa debido a que  los recursos hídricos menguan y la producción de combustible se ven reducidas, además que destruyen el ecosistema con el Anhídrido carbónico. Se acude a buscar soluciones renovables, pero las mismas son costosas, como la solar y eólica, y en algunos países se esta pensando en regresar a la fuente de energía producida por las plantas nucleares.
            ¿Qué nos depara el futuro? Un clima alterado, más calor, más hambre, más escases, más violencia, y todo ello anunciado por los científicos que sin creer en Dios, ni en la Biblia, proclaman el cumplimiento de Lucas 21 que anuncia expectación y angustia en la gente, por las cosas que sobrevendrían a la humanidad. Es por ello que debemos prepararnos para afrontar la crisis que esta a las puertas, y como dice la Palabra, listos para afrontar el apocalipsis que se avecina sobre la humanidad.Depende de ti si quieres creerlo o no,  pero no puedes tapar el sol con un dedo, al igual no puedes negar la realidad del caos que esta reinando,busca de Dios ahora que puedes, el Señor te bendiga!!!.

viernes, 1 de junio de 2012

¿Cuál es la fe que salva?

La fe es un don de Dios (Efesios 2:8-9). No es algo que el ser humano puede generar por su propio esfuerzo.
La fe verdadera no es solamente un ejercicio mental. La fe que salva involucra un arrepentimiento de pecado personal (Hechos 11:18, 2 Pedro 3:9) y una confianza total en la obra de Cristo (su muerte y resurrección) para rescatarnos de las consecuencias del pecado y salvarnos. La fe y el arrepentimiento son dos lados de la misma moneda (2 Tim. 2:25, Hechos 20:21). No puedes tener el uno sin el otro.
El significado del arrepentimiento no puede excluir el concepto de reconocer la maldad del pecado y la necesidad de apartarse de esa maldad. El arrepentimiento verdadero resulta en un cambio de comportamiento (Lucas 3:8). Sentir pena y tristeza por el pecado personal no es en sí arrepentimiento, aunque es un elemento del arrepentimiento bíblico (2 Cor. 7:10). Arrepentimiento no sólo fue predicado a judíos, sino a los gentiles como una parte integral del evangelio (Hechos 26:20).
Cuando alguien confía en Cristo para la salvación, confía en Jesucristo como su Salvador y Señor (Mateo 7:21, Juan 3:36). No se puede decir a Jesús, "Sálvame, pero no quiero reconocer tu señorío. No quiero obedecerte. Quiero hacer las cosas a mi manera. No quiero someterme a ti, pero sí quiero que me salves." Pablo dijo al carcelero, "cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16:31). Aun si entendemos que Señor en este contexto se refiere a Jesús como YHVH, ¿no incluye eso el concepto de su soberanía absoluta?
Esto no significa que el creyente ya sea perfecto, o que no habrá lucha con el pecado en su vivir diario... pero sí quiere decir que la fe genuina produce una nueva criatura en Cristo (2 Cor. 5:17).

La fe es un don de Dios (Efesios 2:8-9) No es algo que el ser humano puede generar por su propio esfuerzo. La fe verdadera involucra tres cosas:
    -Saber quién es Jesús. (Juan 20:31)
    -Estar convencido que Jesús murió en la cruz, y que resucitó. (1 Cor. 15:1-4)
    -Confiar solamente en Cristo para la salvación. (Juan 3:16)
El arrepentimiento (metanoia) es un cambio de mente acerca de la persona y la obra de Cristo. Es dejar de rechazar a Cristo, y confiar en Él para la salvación. En el contexto de la salvación, no tiene nada que ver con el pecado. (Obviamente, Dios no puede arrepentirse de pecado - Jer. 26:13.)
Hay que tener cuidado de no confundir la justificación con la sanctificación. La salvación (Lucas 14:15-24) y el discipulado (Lucas 14:25-27) son dos cosas completamente distintas.
Alguien puede tener una fe que salva y no tener ningún cambio percibido en su comportamiento. Sólo necesita confiar en Cristo para salvarle... nada más y nada menos.El señorío de Cristo y la obediencia a Dios no tienen nada que ver con la fe que salva en el punto de inicio. Espero de todo corazon que después de poner su fe en Jesús, tome la decisión de someter su vida al señorío de Cristo (Rom. 12:1-2).